20 millones de dólares es mucho dinero. Mucho. Maldito. Dinero. El caso es que, según un informe, esa es la cifra de dinero que genera Hearthstone mensualmente en las arcas de Blizzard, que debe pensar que para qué puñetas van a desarrollar otro Diablo u otro StarCraft en el futuro si este juego gratuito y que construyeron sobre un motor gratuito llamado Unity les da todo lo que necesitan y mucho más a pesar de que los jugadores no pagan por empezar a jugarlo.
Las cifras de recaudación de Hearthstone están tranquilamente hermanadas con las de otros juegos que, oh, casualmente también son free to play y mueven millones de usuarios cada día: DOTA 2 y League of Legends. El informa coloca el juego de Blizzard por encima del de Valve, aunque sus datos están algo desactualizados y es posible que DOTA 2 produzca ahora más que Hearthstone; pero es igual: sigue siendo mucho maldito dinero en un juego de cartas.
¿Y de dónde sale el dinero? Ya sabéis, o deberíais, que para ser competitivo en Hearthstone hay que invertir o muchas, muchas, muchas horas jugando online o unos pocos pavos cada mes en conseguir monedas para conseguir cartas o llaves para acceder a la Arena o para pagar las expansiones que traen todavía más cartas aún. El caso es que la mayoría de jugadores, entre los que me incluyo, pagan de vez en cuando a Blizzard unos cuantos euros, no demasiados individualmente, pero que sumados hacen esos malditos 20 millones.
Una cosa está clara: el éxito de Hearthstone no va a parar en breve y con El Gran Torneo, su tercera expansión, en ciernes, esto no ha hecho más que empezar, como quien dice.