Aprovecha y disfruta de tus impuestos que, por una vez, se han empleado para algo útil: una versión de navegador —oficial, por supuesto— de Tetris que te explica las características de seguridad de los nuevos billetes de 20 euros que el Banco Central Europeo está empezando a distribuir.
Cada vez que limpias una línea, los detalles de cada uno de los elementos de seguridad del nuevo billete de 20 euros, que incluye la efigie de Europa, la querida del dios Zeus en la mitología griega. No te preocupes, porque los puentes, arcos y puertas góticas del actual billete, siguen estando ahí, animándote a que hagas turismo por el continente y los conozcas todos.
El nuevo billete, llamado la «Serie Europa», fue desvelado a finales del mes pasado junto a la página Web donde puedes jugar a Tetris e irá sustituyendo a los actuales billetes de veinte euros, que ya han alcanzado el final de su vida útil: aunque te cuenten que en España sólo usamos billetes de 100 euros para arriba por la economía sumergida, no te lo creas, el billete más usado en toda la zona euro sigue siendo el de veinte.
¿Aspectos negativos de este Tetris monetario (billetario)? Necesita Flash y, por tanto, no funciona en dispositivos móviles modernos. Esto, que parece una metedura de pata bien grande, podría ser completamente voluntario y es que Tetris Holding, la compañía que el creador del puzle Alexey Pajitnov fundó para facilitar la recolección de royalties por el uso electrónico de su diseño, no querrá poner en peligro las miles de aplicaciones que pueblan las tiendas digitales de Android, iOS y los Windows (los que llaman y los que no). Hay en marcha una competición hasta el 31 de marzo en la que los cien jugadores con mejores puntuaciones ganarán un «billete nuevo de 10 € encastrado en un bloque de metacrilato con un valor de 20 €».
Hay que recordar que el creador de origen ruso no percibió ni un centavo de todos los Tetris incluidos con la Game Boy ya que, en la época soviética, la propiedad intelectual era un concepto que no existía. Y así llegamos a la actualidad, donde el juego que no podía venderse porque pertenecía a todos los rusos se utiliza para promocionar dinero. No me digas que no tiene gracia.