Hob, el nuevo proyecto de Runic Games, es un cambio radical sobre los anteriores títulos que el estudio nos trajo con la saga Torchlight. Si hasta ahora el estilo que mostraba Torchlight –heredado de su propia experiencia como antiguos miembros del equipo de Blizzard North que produjo la saga Diablo, así como del efímero Flagship Studios– nos había deparado numerosas horas de diversión en esa mezcla tan conocida de rol y acción, Hob da un giro hacia la aventura minimalista, y se perfila como un juego tan misterioso como fascinante.
Sí, hemos dicho aventura minimalista, aunque no sea un término demasiado preciso, pero es que Hob es uno de esos juegos de espíritu indie que juegan con las sensaciones del jugador a través de su narrativa. Hob no tendrá diálogos, textos o pistas escritas que nos ayuden a avanzar en la aventura y conseguir nuestros objetivos, que no serán otros que descubrir los secretos del planeta en el que el protagonista del juego vive, mientras le ayudamos a sobrevivir a los numerosos peligros y desafíos que le acechan en un, aparentemente, bucólico entorno.
En Hob, precisamente, el entorno es tan protagonista o más que el personaje que manejamos, pues es cambiante, y a medida que os movemos veremos cómo el escenario muta ante nuestros ojos en lo que parece una combinación de naturaleza e ingeniería, mientras se levantan puentes y pasos que antes no estaban ahí o desaparecen elementos del entorno, mientras intentamos abrirnos camino a través del mismo.
Hob mezcla el misterio, esa narrativa silenciosa ya mencionada, un universo biomecánico y estimula la propia imaginación del jugador, para alejarse del conocido estilo Diablo que daba forma a Torchlight con una aventura de lo más original y atractiva. Lo poco que Runic Games ha dejado ver del juego es realmente intrigante, y los afortunados asistentes a Pax Prime, a finales de este mes, podrán disfrutar de su jugabilidad. Habrá que seguirlo de cerca.
