A partir de ahora, la Kinect para Xbox One con un adaptador especial cumplirá las mismas funciones para todos aquellos que estén desarrollando aplicaciones de Kinect para PC. Así lo ha confirmado el equipo de Kinect for Windows dentro de Microsoft.
El adaptador, que fue anunciado durante la GDC, será comercializado durante este año y a los proyectos que estuvieran usando el sistema antiguo se les recomienda que utilicen el sensor de Xbox One. Para Microsoft es mucho más positivo tener un solo sensor, utilizable tanto por los jugadores como los desarrolladores para las dos plataformas y, para estos grupos, económicamente es lo mismo adquirir la Kinect de Xbox One por 150 € más los 50 € que cuesta el adaptador que desembolsar 200 € por la Kinect para Windows 2.0, que sólo servía para crear aplicaciones y juegos para Windows.
La existencia de dos sensores diferentes siempre se había justificado por la capacidad del sensor creado para el sistema operativo de escritorio de detectar cuerpos a la distancia habitual de uso de un ordenador —menos de un metro— e identificar dedos en esa situación. Sin embargo, desde el anuncio de Xbox One se ha afirmado que el nuevo sensor es capaz de identificar jugadores a mucha menor distancia —1,37 m en vez de 2,4 m— y separar e identificar dedos con esa separación a la cámara.
Parece que se pierden ciertas características, como el uso sentado frente al monitor, pero es que las aplicaciones de Kinect para Windows habitualmente son experimentos que no llegan al público o aplicaciones industriales por lo que, más o menos, nos quedamos como antes. Lo más positivo que puede salir de esta simplificación es que aumente el número de aplicaciones y juegos de Kinect tanto para Windows como para Xbox One, aunque hay que recordar que HoloLens incluye cámaras con tecnología Kinect para posicionarte dentro del mundo virtual aumentado. Aunque Kinect dejase de existir totalmente, su heredera: HoloLens, continuará.