Rust es un juego bastante seriote, donde hay que sobrevivir gestionando recursos y a los desconocidos que pueden robarte, humillarte y matarte sin que puedas hacer demasiado para salvar tu pobre vida digital. Por eso quizá existe Riftlight, porque Adam Wooldridge y su estudio, Facepunch Studios, no quieren que estemos siempre al límite de nuestra capacidad anímica mientras jugamos a alguno de sus juegos.
Riftlight es un shooter ligerito, un arcade de naves de los de toda la vida, pero con toques de RPG, o eso dice el estudio en su página web de desarrollo. ¿Cómo que con toques de RPG? A falta de saber más sobre el juego, esto por ahora significa que hay tres clases de naves: Ranged, Caster y Melee. ¿Cómo que melee? Efectivamente, parece que habrá una nave que permitirá combatir cuerpo a cuerpo contra las hordas de enemigos, algo sumamente original en el género, al menos conceptualmente.
Cada nueva partida será distinta a la anterior, aseguran: las pantallas y las misiones están creada de forma aleatoria y habrá una especie de generador de ítems al azar, lo que puede significar que el loot será prácticamente infinito. A su vez, Riftlight tendrá incorporado un modo cooperativo para cuatro jugadores, algo que Woolridge quiere demostrar cuanto antes sea posible.
«Quiero que se colorido y diferente», asegura el propio Woolrdige, «no solo un montón de pantallas de espacio negro y estrellas blanquecinas. Vas a necesitar un diccionario para mirar todas las palabras espaciales raras o un graduado en Matemáticas para comprender qué arma equiparle a tu equipo: la que más daño hace es la mejor a equiparte.»
Esperemos que no haya que sacarse una carrera tan complicada para jugarlo, porque suena entretenido, aunque, ciertamente, que anuncien otro juego si acabar Rust no me huele demasiado bien. Cada cosa a su vez, caray.