MM: Parece bastante lógico que para una caracterización, elijas un personaje reconocible, de un videojuego popular. En Micromanía nos preguntamos ¿ Qué criterios consideras para elegir un personaje concreto en el que basarte para un cosplay?
SN: La verdad es que para mí no es importante que el personaje sea reconocible o popular. Simplemente me fijo en si me gusta su forma de ser y, principalmente, me fijo en su diseño. Yo suelo tirar por personajes guerreros y de indumentaria actual o futurista. Me gustan las mujeres de acción. No soy especialmente fan de los personajes delicados y monos. De hecho, me encantaría alguna vez asumir el reto de hacer un vestidazo con volantes, chorreras, jaretas y todo tipo de adornos pomposos, y alguno hay por ahí que intentaré hacer en el futuro.
MM: Imaginamos que tienes que pasarlo en grande estrenando y dando a conocer una caracterización, ya sea en una sesión de fotos o en una convención… ¿Pero tus trabajos de cosplay están impulsados únicamente por una inquietud artística, desarrollo personal y ocio o existe también una vertiente profesional?
SN: Sí, me encanta. Mi momento favorito del cosplay es cuando lo termino, me lo pongo, me caracterizo y me miro al espejo. Para mi es una sensación indescriptible, no me veo yo, veo a ese personaje que me encanta, es como convertirme en un fanart de carne y hueso. En las sesiones de fotos y en las convenciones lo paso fenomenal, me encanta tener un sitio donde poder dar rienda suelta a toda esta explosión de “amor-gamer”, por decirlo de alguna forma. Hago cosplay porque me gusta y no tengo ninguna pretensión más que aprender, pasarlo bien y sentirme realizada. No digo que no me gustaría dedicarme a esto si se me presentase la oportunidad, pero no es mi meta.
MM: ¿Cuánto tiempo puede llevarte desarrollar un cosplay completo? ¿Requiere invertir mucho tiempo y dinero?
SN: A medida que he ido ganando soltura en algunas técnicas he ido reduciendo mis tiempos de elaboración. Al principio podía pasarme fácilmente seis meses con un cosplay medianamente complicado. Mi último reto de velocidad fue el año pasado, cuando hice el cosplay de Hilde de «SoulCalibur V», que me llevó tres meses intensivos de trabajo. Fue un cosplay muy complicado de hacer para mí porque era mi primera armadura completa, además de que Hilde lleva algunas prendas con muchos adornos. Recuerdo trabajar unas seis horas diarias en ese disfraz porque habíamos planificado un grupo enorme de «SoulCalibur V» y teníamos una fecha límite. Además, en aquel momento, acababa de salir «Mass Effect 3» y pasaba las noches jugando al multijugador. ¡Fue una locura!
Y, por supuesto, hay que tener en cuenta el dinero. Personalmente, no creo que al mes gaste mucho más dinero en cosplay de lo que otras personas se gastan en otras aficiones. De media, mis trajes suelen costarme entre 150 y 300€. Hay telas que son muy caras, a veces hay que comprar zapatos para modificarlos, las lentillas de colores y las pelucas lo encarecen mucho y las visitas a la tienda de bricolaje son frecuentes. Por lo general los cosplayers somos muy quisquillosos en intentamos ser lo más perfeccionistas posible, así que no nos conformamos con telas más baratas que tengan un color o una textura parecida a lo que queremos, queremos materiales lo más exactos posibles y, si hay que ahorrar para conseguirlos, ahorramos.
No sólo hay que tener en cuenta los materiales, sino que a veces hemos necesitado comprar herramientas como fresadoras, decapadores, sierras, taladradoras y un largo etcétera, sin mencionar lo que cuesta una máquina de coser. Incluso hemos fabricado nuestra propia mesa de termoformado, que nos costó unos 200€ para poder hacer piezas de plástico y nuestra cortadora de hilo de nicrom, para facilitarnos la tarea con ciertos materiales.
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