Llevábamos casi un mes pendientes del posible anuncio de Fallout 4 el próximo 11 de diciembre, pero resulta que todo ha sido obra de un listillo. Un modorro, un zote, un inframental de ésos que disfrutan engañando a los demás y riéndose de ellos bajo la excusa de que su broma es, en el fondo, inocente y sin mala intención. Con toda la inocencia y sin ninguna mala intención, una bofetada con la mano abierta le vendría bien para aprender a respetar al prójimo.
Fallout 4, una broma sin gracia
La cosa empezó, como recordaréis, con el lanzamiento de la web The Survivor 2299, en la que aparecía una cuenta atrás que terminaría el 11 de diciembre, y que iba acompañada de un símbolo característico de la saga Fallout. El rumor de que al finalizar la cuenta se presentaría Fallout 4 cobró fuerza cuando se supo que, en el mismo día en que se lanzó la web, Bethesda había registrado en Europa la marca Fallout 4. Y es en este último punto precisamente donde, a pesar de que se ha desmentido el rumor, sigue habiendo algo raro.
Lo raro es que la sección de la página web de la Unión Europea dedicada al registro de marcas donde aparecía el documento de registro de la marca Fallout 4 por parte de Bethesda ha desaparecido. No se puede encontrar ni siquiera buscando por la palabra clave «Fallout». Lo más que aparece de esa manera es la ficha de registro de la marca Fallout, pero no de Fallout 4. ¿Cómo es posible, entonces, que durante días sí existiera la ficha de Fallout 4? ¿Acaso el imbécil que ha perpetrado esta gracia hackeó la web de la Unión Europea, europa.eu, como parte de su plan?
Sea como sea, el caso es que se desmiente el anuncio de Fallout 4, y se confirma la máxima de Anatole France: Los tontos son peores que los malvados, porque los malvados descansan de su maldad de vez en cuando, mientras que los tontos son tontos todo el rato, lo quieran o no. En este enlace podéis ver el vídeo graciosísimo que ha colgado en la web The Survivor 2299 este tipo genial, este mago del humor que nos ha hecho desternillarnos de la risa. Desde Groucho Marx que no se veía algo así. Lo dicho: con la mano bien abierta.
