Oculus, la empresa que desarrolla Oculus Rift, se unió a Facebook a sabiendas de que esa noticia no sería del todo bien recibida. Seguro que recordáis los montajes y bromas que se hicieron uniendo la publicidad de la red social con la realidad virtual, o a grandes figuras como Makus «Notch» Persson cancelando su versión de Minecraft para Oculus porque no le gustaba la idea (aunque luego se arrepintió de ello), pero para Oculus, unirse a ellos tenía más sentido que hacerlo a compañías del mundo del videojuego como Sony o Microsoft porque así no limitarían a sus usuarios a una plataforma.
«Si vas a hacerte socio de alguien, es porque tienes un camino muy largo por delante… Durante todo el tiempo jamás pensamos en llegar a acuerdos con Microsoft o Sony», comenta el CEO de Oculus VR, Brendan Iribe en una conferencia organizada por Business Insider. Según parece, Google también estaba fuera de la lista de posibles empresas porque no tenían un enfoque claro. «No sabíamos cuánto tiempo conseguiríamos con ellos».
Por otro lado, Iribe ha vuelto a reafirmar que uno de los motivos más importantes por los que vendió Oculus a Facebook fue por el potencial social que ve en su plataforma. «Tu cerebro cree que estás ahí. El próximo paso es hacerte sentir oque estás ahí con otra gente». Sin duda, este es el aspecto más polémico de todo el asunto, una vez más, pues los jugadores ven estas ideas como una forma de olvidar los videojuegos en favor de otras tecnologías.
Recordemos que Facebook apoquinó dos mil millones de dólares, o lo que es lo mismo, 2.000.000.000.000 dólares por Oculus a principios de año. Es una cantidad de dinero enorme si tenemos en cuenta que Oculus no solo no ha sacado al mercado un solo producto para usuarios sino que aún está en los últimos prototipos del mismo.