Es realmente extraño que un desarrollador se avergüence públicamente de un juego, sobre todo si apenas han pasado unas semanas de su lanzamiento, pero eso ha hecho Sascha Wagentrotz, miembro del equipo de desarrollo de Keen Games, que son los encargados de Sacred 3, la última secuela de la saga hasta el momento. ¿Por qué? Según ha dicho en los foros de Steam, porque el juego no ha sido ni lo que los fans esperaban ni lo que el estudio quería hacer desde un principio: es lo que el departamento de marketing de Deep Silver quería.
Tengamos en cuenta que la saga Sacred siempre fue más o menos bien recibida con su propuesta de RPG clásico bien ejecutado. Sacred 3 está más cerca del hack and slash a lo Diablo III, y eso defraudó a muchos, aunque en principio es una propuesta bien válida para un juego. Pero nada se hizo correctamente en el desarrollo, según Wagentrotz, pues tenían que lidiar con lo que exigían desde arriba. «He visto un montón de odio vertido sobre mi anterior estudio, Keen Gamse, que han destrozado la saga. Todo lo que puedo decir es que no deberíais sobreestima el poder de un desarrollador en un trabajo por encargo para una gran compañía», dice Wagentrotz.
Aún así, asegura que no hay un blanco y negro en cuanto a quién es responsable del diseño de Sacred 3. «El productor ejecutivo y el productor creativo eran empleados de Deep Silver, pero hicieron un gran trabajo. Pero ellos también tenían un jefe: el departamento de marketing de Deep Silver, que era el único con poder suficiente para cambiar la dirección de la franquicia». Wagentrotz también asegura que no está sorprendido por la indiggnación de los fans, incluso si esta ha sido mucho peor de lo que esperaba. «Incluso con la anticipación, algunas cosas han dolido especialmente.
En definitiva, aunque la palabra de Wagentrotz no está sustentada con todas las pruebas del mundo, quizá porque es imposible tenerlas en algo tan vago como quién es el culpable de un mal juego, no está mal recordar lo que ocurre cuando un gran estudio encarga un gran juego a un estudio que no es tan grande y que no puede imponerse por culpa de eso mismo con sus ideas.